24 noviembre 2008

PARA MI SANTA... (ANA)


Hueles
tan bien. Hay miel como hay sudor,
hay trigo y tierra. Yo lo veo y lo oigo resonante,
tan bien. Sabes tan bien gozar.
Preservas tanto instinto de la flor a la fruta.
Yo lo veo y lo oigo y te respiro y otra vez
te tomo abierta en nuestra mesa de viento.
... de Riechmann, jorge

19 noviembre 2008

HIPOCRESIA PUTA

Puta la hipocresia

hipocresia la puta

la puta hipocresia

la hipocresia puta



este pais, este espacio geografico que algunos llamamos españa... es tan putamente hipocrita, tan relamidamente mala...

se asiste al dilema de si le ponen una placa conmemorativa una santa o no, ese es el puto debate de mi pais... mierda de hambre, de mal funcionamiento de la sanidad publica, de la educacion publica... de la justicia.

la placa de una santa, divide mi pais, divide el alma de mis compatriotas. Todos los medios de comunicacion tan politicamente correcto que el vomito que escupen sirve de doctrina a 40 millones de personas.

sanidad, educacion, justicia.

06 noviembre 2008

LLUVIA

Lluvia, castañas asadas, migas, chocolate con churros…pequeños placeres qué hacen mucho mas amena la vida. Bondades, pequeños regalos otoñales que aunándolos a la bufanda y al chaquetón dan una perspectiva tentadora a las pequeñas o grandes zancadillas que se empeñan en asomar por nuestro horizonte cotidiano.

Quizás por eso al leer qué Ferran Adrià, cuyo restaurante de Girona tiene una lista de espera de más de dos años y está considerado como el mejor del mundo por los expertos culinarios, tiene ganas de volver a comer en un McDonald's ¡me sentí abrumada! Al leer el titular me sorprendió mucho, en serio. Pensé, ufff..¿Tan mal está la cosa?. Después al ojear el artículo, detecté que no dejaba de ser un comentario snob o algo parecido. Es lo que suelen hacer los que están arriba, esos que habitan en una estratosfera diferente. Creo que algunos incluso levitan cuando se miran en el espejo por la mañana y se ven tan listos. Nos suelen contar películas, envolver sus frases con pequeñas patrañas, quizás para que los que no estamos en la gran órbita lancemos una exclamación de admiración por su “sencillez”, que a mí a estas alturas de la vida me resulta aburridísima.

Confieso que no soy amante de las hamburguesas. En alguna ocasión, he recurrido a ellas, por eso de ser un remedio rápido para acallar el incómodo rugido que emite el estómago de forma incontrolada y por falta de tiempo o de dinero, he soportado el ritual de la bandeja y el gorrito. Pero tengo que reconocer, que no es santo de mi devoción esa tendencia tan americana y que ni tan siquiera el triunfo de Obama me hará cambiar de idea. Qué aquí es dónde yo quería llegar, por cierto. Por fin han pasado las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, y resulta un auténtico alivio, porque ha llegado un momento en el que veía los colores de la bandera americana hasta en las tapas del yogur. Pero en fin, queramos o no reconocerlo, la globalización es una auténtica realidad de la que no podemos escapar. El mundo que entre todos hemos creado se asemeja cada vez más a esos montajes que se hacen con las fichas de domino formando caminos, subidas y bajadas y que cuando están terminados se empuja la primera pieza y todas caen.

Todos nosotros formamos parte del juego y la precisión de los que manejan muchas veces a su antojo este planeta, es algunas veces tan poco escrupulosa, que se les va de las manos. Actuaciones caprichosas que nos incitan al escepticismo más profundo y al igual que no me creo el deseo de Adria del todo, necesito observar con calma los ases que guarda en la manga el señor Obama Mientras tanto me deleitaré viendo su esbelta figura desde otra óptica mucho más relajante. Porque a ese hombre hay que ver lo bien que le sientan los trajes de chaqueta, los vaqueros y todo lo que se ponga encima. Tiene percha y una en estos momentos, en los que empieza a sentir el vértigo de la crisis (ya no se usa tanto la palabra desaceleración, que parecía que daba menos miedo), ha decidido ver los informativos de la televisión son el volumen apagado. Es una técnica estupenda. Le da uno a las noticias una interpretación completamente diferente y ligera. Lo empecé a practicar con las retrasmisiones de Lobato y la fórmula 1. No tengo nada en contra de Fernando Alonso, qué conste, pero a los que esto del rugir de motores nos llegó antes de su aparición en boxes, hubo un momento en el que tanto alonsismo nos impedía disfrutar plenamente del espectáculo. Descubrí qué podía darle un sentido completamente diferente a la retransmisión si no escuchaba a los comentaristas y de paso, podía estar escuchando a Camela o leyendo el Hola sin interrupciones.

En fin, que hasta que algún día amaine el temporal socio – económico que parece tan poco esperanzador, solo observaré como visten los políticos, seguiré sin pedir mesa en El Bulli, no sea que me pongan la comida en una cajita de cartón con Ketchup y mostaza, pondré velas para pedir el fichaje de Alonso por Ferrari y de paso ahorrar un poco en la factura de la luz y seguiré deleitándome con los pequeños y auténticos placeres de la lluvia, las castañas asadas, las migas y el chocolate con churros. Si mientras tanto el mundo de verdad cambia, que alguien me avise. Estaré desgastando tacón por la Matallana, mirando escaparates y eligiendo lo que me compraré cuando salgamos del apretón financiero e imaginando que el horizonte tiene buen color.

AUTORA Dña. Paloma Sanchez

05 noviembre 2008

SUERTE MAESTRO



FOTO DE EL PAIS

03 noviembre 2008

MACARRONCES CON TOMATE

se cogen macarronces como pa las personas que van a comer...

se pone a cocer en agua con sal, tres dientes de ajos, y un poco de zanahoria (cortada grande, que se vea)...

se hace un refrito con pimiento, tomate, cebolla... una vez este todo bien pochado, se le pone chorizo guapeton (que no pique) y se refrie un pelin... y se aparta.

se escurre una vez cocido los macarronces, se le quitan los ajos y la zanahoria... y se le pone pelin de mantequilla para que no se pegue.

una vez escurridos, se le pone la salsa... y a comer, con zumo para los niños y tintorro pa los mayores... que no falte el pan, ni las aceitunas aliñadas...

la misma gloria.